Hoy encontré en Internet un sitio de poesía que me alegró el día. Se llama Decir del Agua. Escriben poetas de USA que tienen raíces hispanas. Mucha de la poesía que se escribe en la RED es basura. También a los textos poéticos que producen los cristianos les falta calidad, frescura, originalidad. ¿Conoce usted a un escritor nacido de nuevo que haga poesía que valga la pena leer y que pueda presentarse con decoro a un público secular que tenga mirada crítica y acorde al gusto de vanguardia? Si es así, por favor dígame quién es y deme todos los datos necesarios para contactarlo y felicitarlo y agregarlo a mi lista de autores favoritos.
martes, 2 de septiembre de 2008
lunes, 1 de septiembre de 2008
01 09 08
No es fácil escribir. Hoy me he preguntado si vale la pena sostener un blog que casi nadie visita. Me siento inútil frente a la pantalla de la computadora y estoy luchando con el fondo blanco. Peleo con las letras. las palabras. Oh, Dios, qué aridez en la imaginación. En este momento un niño puede ser más creativo que yo.
Acabo de llegar de USA. Estuve unos meses al norte del estado de Louisiana.Antes disfruté San Antonio, Houston y Galveston. Creí que iba a tener tiempo para escribir como un loco a las orillas del Red River. No fue así. La esterilidad entonó alegremente su canción cada día.
Debo borrar todo escrito poético de este blog. Me gustaría que este espacio fuera exclusivo para dialogar con escritores cristianos, es decir nacidos de nuevo.He contactado a algunas personas que escriben y me han dicho que están felices de encontrar en el reino de Dios alguien que sabe algo de literatura. El inicio es bueno, pero rápido desaperecen como por arte de magia. Hay mucha desconfianza.
jueves, 26 de junio de 2008
RAMA
Debo salirme de mí mismo,
deshabitarme,
quedar hecho desierto,
totalmente vacío,
sin ningún fruto
salido de mi sangre,
ni logros hechos
a fuerza de mi carne.
Debo menguar, en fin,
de tal manera,
que quien me busque
encuentre solamente una rama
frondosa, verde, y fielmente unida a la vid verdadera.
deshabitarme,
quedar hecho desierto,
totalmente vacío,
sin ningún fruto
salido de mi sangre,
ni logros hechos
a fuerza de mi carne.
Debo menguar, en fin,
de tal manera,
que quien me busque
encuentre solamente una rama
frondosa, verde, y fielmente unida a la vid verdadera.
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