Subscribe:

jueves, 11 de octubre de 2007

SONETO

Mi yo creció en la venda de mis ojos
junto al antiguo pacto de las venas,
creí que haciendo obras, obras buenas,
limpiaría mis pecados,ay, tan rojos.

Luego sembré en mi ser raíz de enojos,
dejando en el jardín tan sólo arenas,
el gozo se alejó, vinieron penas,
y uno que otro sendero con abrojos.

Mas cierta vez en pleno mediodía
la experiencia de Pablo repetía
en un encuentro de gloriosa pesca.

Nueva criatura soy, pues he nacido
y al final del soneto he comprendido
que hay que menguar para que Cristo crezca.

No hay comentarios: