LLénate de Dios.
Busca el éxtasis de las lenguas
angelicales
y la unción del Espíritu Santo.
Arrímate a la Gracia
para que puedan quemarte
las interminables llamas de la Zarza.
Bébete el agua viva de la fuente
que brota cristalina
en la Peña de Horeb.
Renace al filo de las preguntas
del maestro Nicodemo,
pues los gallos en Palestina
aún siguen cantando.
Hoy, amada, son los tiempos
del avivamiento.
Mañana, tú lo sabes,
vendrá la Bestia.
sábado, 22 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario