Hace frío.
La tarde se ha ido,
la noche entra lenta
por todas las ventanas.
Sola está la casa.
Unicamente dos pequeños
gatos duermen en el sofá.
Ante tanta noche y tanto frío,
a Dios le doy las gracias
por el fuego y la luz
de su hijo Jesucristo.
viernes, 19 de octubre de 2007
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