La mujer de Zaqueo
está desconcertada,
porque olvidadiza como es,
no le puso aceite a las lámparas,
y de pronto llegan visitantes
inesperados en compañía
de su pequeño esposo.
(Lo que más le sorprende
a la señora, es que a pesar
de la oscuridad de la noche,
hay una luz intensa
adentro de la casa.)
jueves, 11 de octubre de 2007
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