(Don Quijote le dedicó sus hazañas a Dulcinea, Beatriz fue cantada por Dante, Laura inspiró a Petrarca y Rosario hizo sus
pirar a Manuel Acuña.
Es imposible imaginar un poeta sin una mujer a la cual cantarle y a la cual acudir en los momentos en que el espíritu
anda apachurrado. Sin embargo, ¿qué sucede cuando un versificador le colma la paciencia a su dama?)
La musa, cansada
de tanta cursilería,
exageraciones y demás
inexactitudes, decidió
poner fin a la situación.
Otro día,
el periódico simplemente
informó que un oscuro
poeta amaneció muerto
en un hecho que no se sabía
si fue crimen o suicidio.
1 comentario:
Si señor!! Que escritura deliciosa. Leerte no tiene desperdicio, ponés un no sé qué en tus letras que anima el alma
Publicar un comentario